《HIDROFOBIA - Hijack [One-shot]》zZ- HIDROFOBIA- Zz

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Haber ido a la fiesta de la piscina con Hiccup fue una terrible idea. Sin duda, la peor decisión que pudo haber tomado en su vida.

Bueno, seamos honestos. Al inicio, no parecía ser tan malo. De hecho, parecía ser una buena idea: tendría la oportunidad de pasar el tiempo con Hippo, charlar a su lado, y si tenía suerte, tal vez lograría dar su primer beso. Jack había fantaseado con rozar esos carnosos labios morenos desde hacía años, y no podía evitar enrojecerse al pensar en aquella fugaz oportunidad, como el adolescente enamorado que era.

Aunque claro, era cierto que sus labios ya se habían encontrado en una ocación, sus bocas se rozaron una contra la otra, en un movimiento suave en donde ambos compartieron una sola respiración, y sus ojos se encontraron unos segundos más tarde de eso. ¡Pero vamos, el boca a boca era una maniobra de rescate! ¡No era lo mismo que un primer beso! Eran dos situaciones completamente diferentes, además a Jack le hubiera gustado estar sobrio, o al menos consciente para recordarlo, y por sobre todas las cosas, no haber vomitado segundos después de haber "besado" al castaño. Ante la posibilidad de recordar cualquier cosa de aquella ocación, el albino se sentía avergonzado.

¿Cómo era que podía mirar a Hiccup a la cara después de eso?

La verdad, había una respuesta fácil, y es que cada vez que hablaba con el castaño, su cerebro se desconectaba por completo, lo miraba a los ojos como un tonto al que se le caía la baba y se perdía en cada una de las pecas que adornaban el rostro del castaño. Y es que mierda, ¿quién le había dado el permiso a Haddock para ser tan atractivo?

Tal vez por eso no pensaba cuando dijo su respuesta referente a la fiesta. Sus circuitos habían hecho corto y la chinchilla que manejaba su cerebro estaba intentando poner su cabeza en modo automático, casi como si lo controlaran con cables y piedras.

-¿Entonces, que dices?-. Le susurró el guardavidas tomándole la mano.

Un sí salió en forma de suspiro por los labios del albino, antes de que una sonrisa se dibujara en el contrario.

-Genial, entonces paso por ti el viernes a las 2.30-. le dijo sonriendo, mostrando las perfectamente alineadas perlas que se encontraban dentro de su boca. -Sera magnifico, lo prometo. Finalmente podrás conocerlos a todos al mismo tiempo-. siguió hablando entusiasmado.

Hiccup envolvió sus dedos en un cálido lazo, y Jack no podía dejar de mirar sus manos.

¡Mierda Hiccup, era difícil prestarle atención cuando hacía acciones como esa!

-Bien, no olvides llevar tu traje de baño.

Esas palabras captaron la atención de Jack, que por un momento, dejo de fantasear en su burbuja imaginaria y volvió a plantar los pies en la tierra. Bueno, mejor dicho en la arena. ¿A qué demonios se suponía que había aceptado?

-Espera ¿Qué?-. Jack intentó preguntar de que se había perdido, o en qué momento la conversación había cambiado tan dramáticamente, y la razón del porque debía llevar su traje de baño el viernes a las 2.30, pero todo sucedió demasiado rápido, y apenas tuvo tiempo para reaccionar. El único sonido que produjo fue un: "eh-"

Hiccup por otra parte, se dedicó a tomar su mochila, asegurándose de no olvidar ninguna de sus pertenencias mientras se levantaba de la arena. Y en otro movimiento rápido, se inclinó, y le plantó un cálido beso a Jack en la mejilla, a modo de despedida.

Jack estaba confundido, no había escuchado la conversación, y su mente se estaba cayendo a pedazos. ¿A caso había un evento importante? ¿De qué mierda no se había enterado? Y sobre todas las cosas, lo mas importante: Hiccup lo había besado. ¡Realmente lo había besado!

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Que va, fue un beso rápido de esos que no duran más de medio segundo, y no había sido en los labios, había sido en la mejilla... ¡Pero seguía siendo un beso! Razón suficiente para sonreír y sentir mariposas en el estomago durante toda la noche.

Mérida lo llamó ridículo cuando le contó. No tardó mucho en recibir un puñetazo por parte de Raya diciéndole que callara, y lo dejara continuar. Al menos a Flynn parecía importarle la historia, lucía muy entretenido, al punto de poner una almohada entre sus brazos para abrazar de la emoción.

-No tengo idea de a donde vayan a ir, pero ¡tienes que ir!-. Lo incentivó el azabache.

-Es una buena idea-. Continuó su novia. -Es una oportunidad para encontrar el amor-. Rapunzel siempre había sido demasiado optimista en ese tema. A veces, Jack creía que vivía dentro de un cuento de hadas.

-No, no. Espera-. Kristoff finalmente los interrumpió. -El viernes es la fiesta de las Arendell. Dijiste que irías.

Jack se tragó sus palabras. -Dije que lo consideraría. -. Explicó al levantarse, y tomar una bandeja. -Es una fiesta de piscina, ¿lo recuerdas?-. Frost dejó el objeto en una caja con otras cuantas tablas plásticas apiladas, y procedió a hacer su trabajo.

-Oh, bravo. Nos dejarás por ir a besuquearte con su novio-. La cara del alvino se volvió roja en un momento. No tardó un segundo en darse media vuelta, entre furioso y avergonzado, para responderle a la Dumbroge desvergonzada.

-No me voy a "besuquear" con él, zanahoria-. la fulminó con la mirada.-Además-. Carraspeó. -No es mi novio.

-Aún-. Intervino Ryder

-¡No ayudas!-. Jack le lanzó una toalla del mostrador.

-¿Vas a ir a la fiesta o no?-. Kristoff se cruzó de brazos.

Jack se tomó unos segundos para pensar lo. Realmente no quería decepcionar a sus amigos, pero había aceptado acompañar a Hiccup.

-Se lo prometí-. soltó en un tono bajito. -Intentaré llegar-. concluyó. -Lo prometo.

Cuando el viernes finalmente llegó, Jack no sabía que pensar.

Para comenzar, no tenía idea de a donde iría. Y para continuar, parecía que a Hiccup le emocionaba la idea de asistir a donde fuera que fueran, porque sería la oportunidad perfecta para que el albino finalmente conociera a sus amigos. Haddock le había hablado tanto de ellos, que a Jack le parecía un pecado no conocerlos en persona.

Además, si todo salía bien, tal vez... y solo tal vez... podría besarlo. Pero esta vez, en los labios.

Tal ves estaba exagerando, pero mierda, como le gustaba fantasear con esa idea.

Todo parecía perfecto, pasaría la tarde con Hiccup, socializaría más con las personas, y luego iría a la fiesta de las Arendelle con sus amigos; podría matar 3 pájaros de un tiro. Claro, el albino estaba contento, porque no sabía la tormenta que se le avecinaba.

Cuando Hiccup pasó por él, en su Jeep celeste-metalico, y dejó sus cosas en el asiento trasero, sintió que el corazón se le iba a salir de la garganta por la emoción. En cuanto llegaron al lugar las cosas no hicieron más que mejorar. Al parecer, Hiccup lo había invitado a una fiesta.

El ambiente era agradable, las personas no dejaban de sonreír o bailar al compás de las notas musicales, y algunos afortunados, como no, se daban el lujo de saltar y pasar el rato en la piscina. Otros cuantos, eran obligados a entrar al agua al ser arrojado por un grupo que Jack denominó como "Asaltantes coquetos", porque bueno... prácticamente te asaltaban y eran coquetos.

Espera, ¿qué?

¿Una piscina?

Hiccup había mencionado globos con agua, no una alberca con casi 5 metros de profundidad, y un perímetro superior a los 23 m2. Si Overland tuviera que apostarle a la mirada, se la jugaría diciendo que medía cerca de 8 metros de largo, y unos 3.5 / 4 de ancho. Llevaba demasiado tiempo trabajando en parques acuáticos como para saberlo.

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Sin duda alguna, el patio de esa casa, era enorme. Toda la construcción para ser precisos. No le sorprendería que se tratara de una fraternidad, o algo por el estilo. La pileta tenía forma de riñón, semi circular, el borde era de piedra pulida e incrustada, que debía tener al menos un pie de grosor en el suelo, y un pequeño jacuzzi incrustado a su izquierda, le brindaba el ambiente de una película grabada en Malibú en la década de los 80's.

Sin querer hacerlo, su cuerpo inconscientemente apretó el agarre de su mano con la del castaño. Hiccup no pudo evitar sonreír ante aquel acto, o eso al menos, hasta que vio lo nervioso que se encontraba el albino.

-Ven, vamos por acá-. le dijo el guarda-vidas, guiándolo por el camino más alejado de la piscina.

Jack no sabía que había hecho para tener a Hiccup a su lado, pero le agradecía al universo por ello. Sintiendo un brazo rodeando sus hombros, levantó la mirada. Hiccup lo había envuelto para guiarlo más fácil, y continuaron caminando.

Después de un rato, algo inesperado sucedió, Jack escuchó una voz conocida entre la gente, y giró la cabeza de forma inconsciente. Ahí estaban sus amigos, jugando Beer-pong mientras contaban apuestas. ¿A caso estaba en la casa de las Arendelle? Fue a saludarlos, vaya que buena suerte tenía. Por primera vez en mucho tiempo, a Jack le gustó la idea de quedarse voluntariamente en una fiesta. Haddock saludó a sus amigos, y una vez terminaron la partida, ambos formaron un equipo contra Moana y Guy en la mesa, era su turno de jugar al Beer-pong.

Fue un recuerdo divertido, Merida perdió 15 dólares en una apuesta a ver si Jack perdía, y el albino solo gritaba emocionado cada vez que su pelota entraba en los vasos contrarios. Hiccup y el festejaban chocando alegremente las manos, y se miraban sutilmente a cada rato. ¿Se podía ser más obvio? No lo sabían, pero tras 3 victorias ganadas, el castaño le susurró algo al oji-azul

-Te presentaré a unos amigos-. había dicho aquel pecoso, con una sonrisa en los labios. Jack asintió de inmediato, tenía tanta adrenalina por el juego que ni siquiera se inmutó cuando el castaño lo tomó de la mano.

Se abrieron paso entre la gente, hasta acercarse a un grupo de personas cerca de las hieleras y el asador principal.

-¡Eh, volviste!-. le gritó a lo lejos un muchacho de cabello azabache, era alto, fornido, y Jack estaría mintiendo si dijera que no era atractivo.

-Pero miren quien acaba de llegar-. soltó en tono burlón una rubia.

-Bueno, ya no debemos de preocuparnos por un accidente, ¿no?-. le siguió quien parecía ser ¿la misma persona? ¡Eran los gemelos Thorston! Frost se alegró de reconocerlos de inmediato.

Hippo soltó una risa, y con la mano que tenía libre, se ayudó para presentar a sus amigos.

-Gracias, son muy halagadores-. comenzó coqueto el castaño. -Eret, Brutacio, Brutilda... él es Jack. Jack, ellos son-

-Las personas de las que siempre habla. Lo sé, somos los mejores-. interrumpió el azabache, con todo el egocentrismo de Miami. A Jack se le escapó una risa de la garganta, y le tendió la mano en modo de saludo.

-Es un gusto.

-Oigan, ¿y Astrid?-. preguntó el mayor, desviando la mirada a la piscina, en busca de su amiga.

-Oh, está por... allá-. señaló a la mencionada con la barbilla. Haddock soltó su agarre del albino antes de hablar.

-vuelvo en un segundo, ¿sí?

Apenas le dio tiempo de responder. Haddock se alejó a la velocidad de un rayo, y en pocos segundos Jack se encontraba solo con aquellos conocidos tan desconocidos. Había escuchado mucho de ellos, no iba a negarlo, pero seguía siendo la primera vez que los presentaban.

-Bueno copito, cuéntame, ¿cómo conociste a Hiccup?-. La chica se mostraba interesada, e inclinando su cabeza, se acercó algunos pasos a su persona.

-Yo- en realidad-. comenzó un tanto avergonzado. ¿Cómo debía de comenzar su historia? -Nosotros... trabajamos en el mismo lugar-. admitió un poco apenado. No estaba diciendo completamente la verdad, pero tampoco estaba mintiendo.

-¿Así que también eres guardavidas?-. Eret sonaba sorprendido.

-¿Qué? ¿Quién? ¿Yo?-. Jack empezó a ponerse nervioso. -No, no, claro que no-. negó con ambas manos. -yo estoy más en el área... ¿turística? No-no me acerco mucho a las piscinas... o al océano, en realidad-. desvió la mirada al terminar. Si no sabían su "secretito" no tenían por qué enterarse. ¿O sí? Además, no podía ir por el mundo gritando a los 4 vientos que le tenía miedo al agua. Eso sería vergonzoso.

-Jack, ella es Astrid-. Hiccup había vuelto, justo para salvarlo en el momento indicado.

En cuanto Jack se dio media vuelta, el corazón se le cayó a pedazos.

Astrid era una chica rubia, de unos despampanantes ojos celestes, y buen cuerpo, que sin duda, la mayoría de las personas envidiaría. Ella era mucho más bonita en persona que en fotografía. Se notaba que era buena deportista, y sumamente activa. A juzgar por su traje de baño, era perfecta nadadora, justo como Haddock. No había de sorprenderse al enterarse que eran amigos, ¡y es que lucían como dos gotas de agua! Psicológicamente hablando, claro estaba. Porque físicamente, jurarías que eran la pareja en una película de acción adolescente.

Jack se sintió como el patito feo estando al lado de ella. Era como comparar al invierno y la primavera, era claro que la mayoría tenía ya marcada su estación favorita del año, junto a las flores, la vida y los colores. Overland no iba a intentar pelear una guerra donde Astrid ya tenía la victoria asegurada. Y, por la forma en la que Haddock la miraba, de poco a poco a Jack se le apagó la esperanza.

Mierda, sin duda, ella era mejor que él en todo aspecto posible.

-Astrid, él es Jack.

-He oído mucho de ti-. le dijo coqueta, tendiéndole la mano, antes de abrazarlo. Jack se tuvo que poner de puntitas por unos segundos, antes de separarse, y eso solo lo hizo sentir más torpe. -Hiccup no deja de hablar sobre un muchacho que conoció en el trabajo, y tiene una sonrisa brillante. Ese debes ser tú.

-Estaba a punto de decir lo mismo-. Rio nervioso por lo bajo y siguieron charlando.

Astrid parecía ser una chica increíble, realmente amable y sincera. Jack no se sorprendió de porque eran mejores amigos.

Jack pasó gran parte de la tarde con Haddock, y la otra con sus amigos. En ningún momento se acercó a la piscina por obvias razones, pero no por eso disfrutó menos de la fiesta. Había refresco, alcohol, pizza, paletas de hielo, y lo mejor de todo: una maquina para hacer raspado. No era muy fanático de los raspados, pero esa ocación fue la excepción: Hielo, saborizante de mora azul y Smirnoff de tamarindo, ¡era la mejor combinación del mundo! Mierda, ¿cómo es que no lo había probado antes?

Tal vez tomó un poco más de lo debido, tal vez debió dejar de jugar a esos juegos de "gana o toma", o simplemente le había pegado más fuerte con el raspado, pero se había puesto realmente contento. Merida se burló de la forma en la que sus mejillas se habían colorado, y él solo colocó un dedo sobre sus labios, mientras decía "shhhh", o al menos, parecía intentarlo.

Hiccup se había perdido hacia tiempo entre las personas, y al albino no parecía importarle, al contrario, le gustaba.

Pasaron cerca de 2 horas sin ningún accidente, o eso al menos quería creer Jack. Flynn lamentablemente fue victima de los asaltantes coquetos, y terminó metido en la piscina con todo y camisa; el lado bueno, es que Jack había logrado tomar su celular, y las llaves de su cuche, antes de ser arrojado, y como buen amigo, evitó que se mojaran. Al poco tiempo, el albino terminó siendo niñero de casi 15 celulares diferentes, ya que sus amigos alegaron que como él nunca se metía, no corría el riesgo de que se mojaran.

Y ahí estaba él, sentado en una silla de playa, tomándose su 3er raspado de mora azul, con la mochila llena de teléfonos de desconocidos, mirando a sus amigos a unos cuantos metros de él, jugar entre ellos a unas "amistosas" luchas sobre hombros en la piscina.

Jack suspiró con dulzura, y buscó al castaño con la mirada, no tardó mucho en encontrarlo. Hiccup estaba en el Jacuzzi al lado de la piscina, y hablaba con un par de chicos que también pertenecían al equipo de guardavidas en el resort. Frost suspiró, extrañaba lo divertido que era espiar a Haddock sin que se diera cuenta. El albino le dedicó otra mirada a su ahora, casi inexistente, raspado. Se levantó, para volver a llenarlo, y en su corto camino a la maquina de hielo, se encontró con una familiar voz, que su borracha cabeza le insistía que conocía.

Se dio media vuelta, y parecía que estaba viendo doble. Oh, no, solo eran los gemelos Thorston, quienes no tardaron en colocarse a su lado y sonreírle de forma amistosa.

-Parece que te la estas pasando bien-. Comenzó Brutacio.

-Excelente...-. Levantó el pulgar en respuesta.

-Oye, parece que Hiccup te llama-. Le susurró Brutilda a la derecha. -Y nos pidió que te dijeramos.

-Oh, ¿en serio?

-Aha-. continuó el contrario. -¿No traes tu celular, o sí?

-No, lo dejé en la silla-. señaló torpemente el lugar y se carcajeó. Tal vez llenar su raspado de Smirnoff no había sido buena idea. -¿Por qué?

-Ninguna, solo queríamos asegurarnos.

-¡Oigan chicos!

Después de eso, las cosas fueron demasiado rápido. Los gemelos se apartaron y alguien lo tomó de la cintura. Se levantó tan rapido del suelo, que el vaso de plastico se le cayó de las manos. El susto hizo que por poco se atragantara, y el aire se le escapó de los pulmones en segundos.

-¡Alguien quiere meterse a la piscina!

A Jack no le tomó mucho tiempo juntar las piezas del rompecabezas. No debía tener su telefono, los chicos que lo estaban cargando eran los "Asaltadores coquetos" y estaban llevando a la fuerza: iban a tirarlo a la piscina.

Su rostro se palideció más de lo que ya era, casi como si el alma se le hubiera drenado del cuerpo, e intentó safarse del agarre. Pateó, gritó u forcegeó tanto como pudo, pero parecía no dar resultado.

No, el agua no. No podía meterse, no ahí. ¡No podía!

Sus gritos no tardaron en captar la atención de varios miembros de la fiesta, entre ellos sus amigos, y como no, el castaño. Haddock se bajó los lentes del sol para ver que demonios estaba pasando, y prácticamente saltó al salir del Jacuzzi para acercarse.

-¡Esperen! ¡Bájenlo!

Los muchachos lo hicieron de inmediato.

Todo era risas y diversión hasta que se dieron cuenta de que Jack estaba llorando. Lo dejaron en el suelo, e instintivamente se llevó las manos al pecho, como si se intentara consolar solo. Rapunzel había salido de la piscina para ese momento, y se había colocado a su lado, pasando su cabello tras sus orejas para evitar mojarlo.

-Tranquilo-. Le susurró mientras le acariciaba la espalda. Jack estaba hiperventilando.

Kristoff parecía furioso, dispuesto a golpear a los tres en el rostro, pero Flynn se interpuso antes de que lo lograra.

-Uy, que dramático-. Haddock logró escuchar el comentario por parte de alguien que conocía.

Giró la cabeza al Jacuzzi, donde previamente había estado, junto a Astrid, quien se reía de lo que había pasado.

-¿Disculpa?-. Hiccup parecía ofendido.

Una parte de la fiesta se había apagado, algunos centrando su atención en lo que sucedía.

-Está exagerando-. Astrid miró retadora a su amigo. -Es solo un empujón a la piscina, no es nada malo.

-¿Tú les dijiste que lo hicieran?

-Creí que sería divertido.-. Admitió entre risas. -Pero no era para que reaccionara de esa forma.-. Rodó los ojos y miró a Hamada. ¿O me equivoco?

A ninguno de los guardavidas parecía darles gracia.

-Astrid, sus padres se ahogaron-. Hiccup la fulminó con la mirada, y se dio media vuelta, en dirección al albino.

El guardavidas se hincó a su lado, y ladeó la cabeza para verlo a los ojos. Jack se quitó unas lagrimas con el puño, perfecto, estaba haciendo otra escena.

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