《BOSS | LayChan/ChanLay》| 10 |

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diez años después

Aunque siempre los quisieron meter en escándalos y más de alguna vez corrieron el tonto rumor de que habían terminado, incluso tener que aguantar descarados coqueteos, la mayor prueba de todas fue cuando Yixing tuvo que pertenecer en China más tiempo del acostumbrado. De repente, un mes se hicieron dos y luego tres, hasta que un semestre se había cumplido y ellos se habían visto solo dos veces. Pasó durante tres años, donde Yixing y Chanyeol apenas se vieron, y Chanyeol, al estar expuesto al ojo curioso de las personas, algunas no dudaban en decirle hirientes comentarios camuflados en falsa preocupación.

Y lo aguantó, por supuesto que sí. Porque, aunque le dijeron que Yixing le terminaría, que no regresaba porque había encontrado a alguien más, incluso de tener el descaro de decir que ya estaba comprometido con alguna bonita actriz china, Chanyeol no creyó nada de eso. Primero, porque era sumamente estúpido; segundo, porque no importaba si ambos estaban cansados y con ganas de llorar por no poderse ver, se tomaban el tiempo de hacer video-llamadas cada noche para contarse qué ocurría en sus día a día, donde Yixing aclaraba los rumores y Chanyeol acusaba a las personas feas con su novio; tercero, porque ellos habían decidido llevar una relación seria cuando apenas se conocían, donde aceptaron ir contra todo y triunfar.

Sin embargo, aunque estar alejados durante casi cuatro años fue la mayor prueba para ambos, la prueba personal que Chanyeol debió enfrentar le hizo sudar muchas veces cada vez que lo pensaba. Quería enfrentar su miedo a los aviones y volar a China por Yixing, pero cada vez que estaba a punto de comprar un boleto por internet, se arrepentía a último minuto; incluso fue directamente al aeropuerto en más de una ocasión, pero mientras la fila se acortaba, ver a las personas con sus maletas y los aviones a través de los inmensos ventanales, el pánico lo terminaba invadiendo y se iba lo más rápido que podía del lugar.

Al final, fue su hermana quien lo ayudó con una buena patada en el trasero y un dulce besito en la mejilla, diciéndole que se tomaría unos días libres en el trabajo para acompañarlo en su travesía por China. No le dijo nada a Yixing por si se arrepentía a último minuto y se devolvía a la casa con sus cosas, pero luego de varios lloriqueos a su hermana y dos intentos de escaparse, ver una película en el avión mientras Yoora le pellizcaba el brazo para que se comportaba, de todas formas, encontró a Yixing esperándolo en el aeropuerto.

Estaba tan impresionado que volteó hacia su hermana quien negó de inmediato y miró a Yixing después, ladeando la cabeza como un cachorrito.

― ¿Cómo supiste?

―Ay, Chanyeol... Weibo está lleno de fotos tuyas abordando el avión.

Chanyeol había hecho varios pucheros que se transformaron en una sonrisa cuando Yixing lo abrazó fuerte, como nunca había hecho. Siempre se abrazaban suavecito, a veces presionando un poco, pero aquel abrazo realmente lo había impresionado y entendió que Yixing lo había necesitado y extrañado tanto o más como él lo había extrañado y necesitado durante todo ese tiempo separados.

―Volaste por mí... por mí... No puedo creerlo... Te amo tanto...

Y sabiendo que estaban siendo el centro de atención en aquel momento y que Yixing quería llorar con libertad, se apresuraron en irse. Aunque la televisión, los periódicos y las redes sociales estaban llenos de sus rostros al día siguiente, a ninguno le importó mientras compartían los besitos más dulces del mundo y se mantenían abrazados en todo momento, sin poder creer que estaban otra vez juntos y que ahora ningún viaje en avión los separaría, porque Yixing podría ir por el mundo junto a su bebé gigante.

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A pesar de que Yixing no podía cancelar su agenda, Chanyeol se aseguró de acompañarlo a todas partes. No importaba si era un programa o una sesión de fotos, incluso una grabación para un futuro comercial, él estaba calladito esperándolo a un lado para no molestar a nadie, sintiendo su pecho cálido al poder estar junto a Yixing otra vez. Porque había sido mucho tiempo lejos, demasiado, y se quería asegurar de recuperar todo el tiempo perdido. Entonces, cuando la agenda de Yixing terminaba sin importar la hora, Chanyeol e Yixing salían a comer algo o, simplemente, se iban al departamento donde ordenaban comida deliciosa.

Yoora lo abandonó a los días después, diciendo que ahora puedes volar solito, chao y regresó a Corea mientras él se quedó en China durante un mes. Seguía trabajando, por supuesto, pero le había rogado a la Directora que le permitiera un mes de vacaciones y ella, luego de una larga discusión, se lo permitió, diciéndole que fuera en busca de su hombre guapo. Se le habían coloreado las orejas, recuerda bien, pero sabía que aquella fuerte y gruñona mujer también tenía un corazón muy dulce y blandito cuando quería. Así que cuando el mes terminó, parecía un bebé recién nacido que lloraba por todo, porque no quería abandonar a Yixing luego de tanto tiempo separados.

―Ahora Yeollie sabe volar, así que puede venir cuando quiera ―dijo Yixing, agarrando a Chanyeol por las mejillas para animarlo a pesar de que él también tenía los ojos hinchados por tanto llorar―. De hecho... ―y se apartó para buscar en sus bolsillos hasta que encontró una llave, mostrándosela a un llorón Chanyeol que abrió grande sus ojos al ver que la llave venía con un llavero que tenía colgando ocho dijes de perritos―. Te doy la copia del departamento, para que cuando vengas y yo no pueda ir a buscarte, tengas de inmediato un lugar seguro donde estar.

― ¿Y... y cuando llegue ―hipó, sintiendo ganas de llorar otra vez mientras tomaba la llave― tendré muchos besitos?

―Todos los que quieras, bebé grande.

Estar un mes con Yixing sanó el corazoncito de Chanyeol. Se sentía más animado y positivo, porque a pesar de jamás creer en los rumores o hacer caso a los comentarios feos que le decían, sí le había afectado la distancia porque extrañaba los besitos y el calorcito que Yixing transmitía, sobre todo su diaria presencia. Entonces, tanto tiempo sin él, había dejado un vacío en su interior que fue llenando durante todo ese mes juntos hasta quedar gordito de amor y recuperar todas las fuerzas que había perdido.

Luego de un mes de vacaciones donde estar entre los brazos de Yixing lo podía comparar con el paraíso, volver a la rutina era difícil, pero valía la pena mantener la mente distraída en otras cosas durante el día y que, a la noche, cuando ya estaba a punto de ir a la cama, recibiera una llamada por parte de Yixing. A veces una llamada, otras tantas video-llamadas o, como pocas veces ocurría, un rápido mensaje porque debía viajar. Sin embargo, a diferencia de antes, Yixing procuraba escaparse al menos una vez a la semana y Chanyeol viajaba cada fin de semana largo o final de mes.

A Chanyeol no le hacía gracia todo el dinero que se perdía con tanto viaje, porque era dinero que podían gastar en otras cosas o simplemente ahorrarlo para el futuro, pero el sacrificio que habían hecho durante un año y medio de ir y venir valió la pena, porque un día cerca de vísperas de Navidad, Yixing llegó a la casa con un montón de maletas y con las peores ojeras que le había visto en casi siete años. Y supo que Yixing regresaba en paz para quedarse junto a él hasta que el llamado de China le hiciera correr otra vez, pero estaba bien, sabía que siempre sería así y lo aceptaba. Desde que había dejado de temerle a los aviones, todo parecía mucho más fácil, superable y llevadero. Chanyeol sentía que podía con todo.

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― ¿Me amas?

Es una pregunta importante cuya respuesta no hace más que aumentar y aumentar con el paso de los días.

Yixing nunca fue un romántico soñador, de aquellos que creían en el amor a primera vista ni aún menos en el felices para siempre, porque cuando entrabas en la industria del entretenimiento debías ser realista y saber que, probablemente, tuvieses que evitar cualquier amorío y relación por culpa del fanatismo. Es más, ellas probablemente te harían terminar o, peor aún, arruinarían tu relación por la sencilla razón de que eras feliz con alguien. A pesar de que muchos habían tenido pareja, sabía que muchos otros esperaban a que su carrera comenzara a descender para que cuando tuviese una vida un poco más tranquila, pudiera amar sin tanto escándalo; sin embargo, había muchos otros que, como él, lo gritaban al viento y se esparcía como un virus por el aire, infectando a veces de envidia, otras de locura y muy pocas de felicidad.

Yixing miró a Chanyeol con ojitos de amor mientras unían sus manos. En diez años, Chanyeol no había cambiado mucho. Sus mejillas gorditas ya no estaban y su cabello por fin parecía domado, pero aparte de eso, seguía siendo tan dulce y torpe como la primera vez que hablaron, sus ojitos mantenían ese brillo dulce e inocente, y lo más importante de todo, es que Chanyeol cumplió su palabra. Había estado en las súper-duper, en las buenas, en las malas y en las peores. Chanyeol había sido su cable a tierra; su paraíso; su calma cuando todo parecía tormentoso. Porque, a pesar de que Balance Entertainment no se fue a la quiebra, sí tuvo años muy complicados que, un berrinchudo y alterado Yixing, se había desahogado quemando el juego de Monopoly hasta que Chanyeol lo encontraba para calmarlo a besos y dulces palabras.

―Sí, te amo... y acepto.

―Puede besar a su pareja.

Chanyeol y Yixing unieron sus labios de forma suave, dulce. No había prisas. No había otras cosas que hacer. Solamente eran ellos dos disfrutando del momento más importante de sus vidas junto a la familia de ambos y los conocidos que tenían. Era una ceremonia sencilla tan afuera de Seúl que estaban en otro país, porque no querían ser novios para siempre ni mantenerse como prometidos sin lograr casarse en Corea, así que decidieron volar muy lejos donde las leyes no los mirarían feo y pudieran llamarse esposo sin problema alguno, casándose como ellos querían y tan lejos de las cámaras chismosas pudieran.

Sabían que en cada país que pisaran por los siguientes años su matrimonio seria visto y tomado de diferentes maneras, incluso de formas terribles, pero mientras escuchaban los aplausos y gritos alegres de los invitados, y Yixing se colgaba del cuello de Chanyeol, sabían que cualquier obstáculo que pudiese haber de ahora en adelante sería una tontería que espantarían con un simple chasquido de dedos.

―Te amo, Señor Zhang...

―Y yo te amo a ti, Señor Zhang.

Yixing sonrió con orgullo, que Chanyeol llevara su apellido le hacía sentir azucarado, a pesar de que el cambio de apellidos no estaba en sus planes. Lo hablaron luego de las vacaciones familiares en París donde Chanyeol le pidió matrimonio. Yixing quería que cada uno tuviese el suyo. Luego, cuando Chanyeol empezó a hacer pucheros y quejarse hasta del clima, Yixing propuso que él podía llevar Park, pero su gigante se negó. Chanyeol quería que Yixing siguiera siendo Zhang porque era el jodido jefe de Asia y su apellido le gustaba, así que insistió un millón de veces en que deseaba ser Zhang Chanyeol o Zhang (Pŭ) Càn Liè como le decían en China desde hace unos años. Chanyeol no quería que Yixing cambiara su apellido cuando éste tenía poder y años de honor, respeto, lo quería cuidar de cualquier cosa que pudieran hacer o decirle si llevara Park.

Además, a Chanyeol le gustaba cuando le decían Señor Zhang y saber que ese apellido pertenecía al hombre de su vida, a ese que amaba con todo su ser...

― ¿Listo para un año entero recorriendo el mundo?

Chanyeol lo miró con sorpresa mientras bailaban, siendo el centro de atención de los invitados.

―Yixing, mi trabajo...

―Oh, ya me encargué de eso ―se encogió de hombros con cierto aire presumido que hizo a Chanyeol sonreír―. Soy el jefe, Chanyeol, siempre voy un paso adelante.

Chanyeol sintió una cálida cosquillita en su panza al escucharlo y cambió los brazos de posición para guiarlo él esta vez, apretándolo suavecito contra su cuerpo mientras la música sonaba a un volumen decente y las luces bajaban un poquito más, envolviéndolos en la atmósfera más mágica que habían experimentado en el último tiempo. Estaba seguro que, de repente, solo existirían solamente ellos dos y nadie más mientras bailaban en nubes de suave algodón.

―Si soy Zhang, también soy el jefe, Yixing.

Yixing abrió la boca de una manera tan bonita que Chanyeol se rió descaradamente de él.

― ¿Qué? No... Solo yo... ―balbuceó con maña, ganándose un dulce besito.

―Mentira. Solamente tú eres el jefe, mi señor Zhang.

―Umnh, bobo.

Bajo las luces que parecían estrellas y bailando de una forma tan suave y delicada que parecían flotar en algodón, donde el anillo brillaba en sus dedos tanto como brillaban sus miradas, Chanyeol le juró amor eterno a Yixing y Yixing le juró amor eterno a Chanyeol. Se perdieron en sus miradas mientras iban de un lado hacia el otro, con las sonrisas más dulces talladas en el rostro de su compañero de vida y estaban tan metidos en su mundo que no se dieron cuenta cuando los invitados comenzaron a bailar junto a ellos.

El baile terminó cuando Yixing se refugió en el pecho de Chanyeol y lo apretó suavemente contra su cuerpo, escuchando cómo el tun-tún de su corazón se sincronizaba con el suyo de una manera tan perfecta que le hizo sonreír, sabiendo que pertenecía ahí desde la primera vez que cruzaron miradas.

El amor a primera vista siempre le pareció una ridiculez, y por eso Chanyeol apareció en su vida, para demostrarle lo contrario.

FIN✨

Gracias a cada personita que le dio una oportunidad a esta historia. Gracias por cada lectura, voto y comentario, aprecio cada cosita♡

Muchas gracias, también, a las personas que siguen cada una de mis locuras escritas por aguantar tanta cosa de mi parte♡ ñalsñas

Un regalito de mi para todos♡

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      To Be Continued...
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