《BOSS | LayChan/ChanLay》| 8 |

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―No me hables, no me hables.

Yixing tomó una profunda respiración, recordando por qué las relaciones no le gustaban. Odiaba las peleas, discusiones o cualquier cosa parecida que provocara un enfrentamiento de palabras más un ambiente tenso o extraño. ¿Acaso la vida no podía ser siempre rosa y bella, sin problemas? Por supuesto que no, joder, él lo sabía muy bien.

―Pero, Chanyeol...

―No-oh.

Y Chanyeol le mostró la mano.

Luego de unas tranquilas vacaciones y un dulce San Valentín donde visitaron distintas ciudades de Corea, el verano se había transformado en las semanas más ocupadas de su vida. Tenía un montón de cosas por hacer en la compañía y con Chanyeol, a la vez, se habían mudado. Se despidieron de los departamentos para siempre y le dijeron hola a la casa que sería el hogar de ellos hasta que decidieran, quizás algún día, irse. Sin embargo, con una semana en la casa, el primer problema ya había llegado e Yixing gimoteaba queriendo resolverlo con un simple chasquido de dedos.

―Ya tenemos siete perros...

―Habla con la mano ―se la pegó a Yixing en la cara―. Yo me fui, bye.

Yixing frunció el ceño bajo la mano de Chanyeol y tomó una profunda respiración.

Cuatro perros eran un dolor de cabeza, cinco eran un horror.

Seis una tortura, ugh.

Siete perros eran una jodida locura.

Y sabía muy bien que un octavo perro no haría las cosas mejor... y no, no dejaría que Chanyeol lo convenciera con los mágicos poderes de su pene dentro de él. No otra vez. Ya había sido seducido por el Diablo y había resultado en el perro número siete que se llamaba Potter. Fue como estar embarazado: follaron, hubo semen y al día siguiente llegó el nuevo integrante de la familia, como por arte de magia.

― ¿Por qué quieres otro perrito? ¿Acaso no tenemos suficientes?

La casa que Yixing había comprado era de dos pisos y con cuatro habitaciones, una cocina que lo había enamorado cuando la vio por primera vez y un salón pequeño y cómodo; sin embargo, la parte importante era el jardín, el cual era amplio por y para los perros. ¡Había pensado en ellos! Chanyeol se había sorprendido y él fingió indignación por eso, uhum. Siempre tenía en cuenta a los perritos de su pareja, porque sabía que eran importantes y por eso le había comprado una casita a cada uno, además de varios juguetes y un pollo horrible con el cual jugaba con Chanyeol, haciendo que le diera besitos.

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― ¿Estás enojado, cachorrito? ―preguntó contra su mano.

―Mhmhmh.

En realidad, nunca habían peleado fuerte. Habían tenido uno que otro encuentro de palabras durante ese tiempo juntos, pero nada realmente serio, jamás terminaron ni alzaron la voz. Solo fue un choque de carácter que se resolvió con cada uno en su habitación, dándose tiempo para calmarse y luego, tranquilos, hablaron de lo ocurrido. Por supuesto, las primeras veces quedaban un poco resentidos luego de una discusión y costaba arreglarse, pero ahora se aseguraban de darse un besito apenas los ánimos bajaban e irse a la cama para mimarse antes de dormir.

―Dame besito, Yeollie.

―Besa la mano.

Yixing se encogió de hombros para así tomar la muñeca de Chanyeol, apartarla de su rostro y chupar dos de sus dedos, espantando a su gigante novio, el cual se alejó.

― ¿¡Por qué me chupas los dedos, Yixing!?

―No sé... de repente me sentí poseído.

Chanyeol bufó.

― ¿Poseído por esa extraña fuerza que te hace follar a las cuatro de la mañana?

El joven sintió un calorcito recorrer sus mejillas y cuello.

―Sí...

Chanyeol dejó de lado su berrinche y tomó a Yixing por las mejillas, dándole un suave besito en los labios.

―Vamos, hay que exorcizarte.

―Eso no es sexy, Chanyeol... ―se quejó mientras su gigante novio lo iba acorralando lentamente contra la pared. Tragó saliva cuando quedó acorralado―. Amor...

Sin embargo, a Yixing se le olvidó hasta su nombre cuando Chanyeol lo alzó y besó como si su vida dependiera de eso.

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―Wooow.

Chanyeol reconoce que es fácil sorprenderlo, así como un niño pequeño. La inocencia que tanto le caracterizaba era culpa de sus padres al criarlo tan mimado e infantil, pero lo agradecía, porque disfrutó muy bien su infancia y parte de su adolescencia, jamás saltándose etapas. Quemó cada una de la manera correcta, y aunque le costó empezar a ser un adulto a causa de su mentalidad de adolescente, se había adaptado bien y no podía evitar que su niño interior se escapara.

Ahora, su niño interior estaba fascinado viendo cómo Yixing ensayaba.

Sudoroso, agitado y con la vista fija en el espejo, Yixing bailaba con una facilidad impresionante. El raspar de sus zapatillas contra el suelo era intenso y las personas que los acompañaban no podían evitar murmurar mientras la música sonaba. Entre medio de la pista, Chanyeol podía identificar cómo Yixing cantaba en voz baja y se permitía seducir con su voz.

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Yixing era maravilloso y Chanyeol se sentía muy afortunado de ser su pareja, porque tenía un novio que siempre hacía malabares con sus horarios para estar con él. Yixing movía cielo, mar y tierra cuando algo le ocurría y era tan dulce de su parte, a pesar de que siempre le decía que no era necesario que tomara un avión a última hora para tomarle la fiebre como la última vez, revisar que estuviese bien y luego regresar a China para continuar con las grabaciones de los programas donde participaba.

Insistía una y otra vez que no era necesario, que él podía cuidarse solito porque ya era un adulto, pero Yixing era terco como el jodido infierno y no había quién lo detuviera para evitar sus viajes en avión y corridas por los aeropuertos. Y sí, sería todo más fácil si viajara con él, lo sabía, pero tenía pánico a los aviones y prefería quedarse en casa, esperarlo y llenarlo de besos cuando regresara. Aunque había veces donde no se veían durante semanas, Yixing siempre se escapaba para verlo, aunque fuese una hora y luego se iba otra vez; pero cuando regresaba ya libre, se encargaba de darle los besitos más dulces del mundo.

Suspiró como el tonto enamorado que era.

―Tu novio es increíble ―comentó uno de los bailarines a su lado; al igual que otros tantos más, estaban sentados en el suelo―. Realmente amo verlo bailar.

Chanyeol no era un joven presumido, pero si era sincero, su pecho se llenaba de orgullo cuando hablaban maravillas de su novio. No podía evitarlo, le emocionaba cuando alguien apreciaba el talento que poseía Yixing porque era un hombre que siempre se esforzaba, incluso demasiado. Sabía que ensayaba hasta el cansancio e incluso el dolor, lo había visto frotarse la espalda para aliviar sus dolores, y usando su voz de hombre rudo que tenía escondido, lo mandaba a que se acostara para masajear su espalda larga rato. Yixing era terco, pero Chanyeol también podía serlo.

El ensayo no tardó mucho en terminar y las personas poco a poco se fueron retirando. Cada uno de los presentes se despidió de Chanyeol, logrando que sintiera un calorcito muy agradable en el pecho. Incluso antes de que su noviazgo se anunciara, las personas dentro de Balance Entertainment siempre lo habían tratado bien, y le gustaba que ese trato siguiera, porque le hacía sentir muy cómodo y bienvenido cada vez que iba. Lo cual era mucho, ya que pasaba sus horas libres en la empresa, porque siempre encontraba algo nuevo de lo cual sorprenderse o alguna persona nueva con la cual hablar. Y, sobre todo, le gustaba porque podía apreciar más de cerca todo el trabajo y esfuerzo que hacía Yixing en lo que más amaba.

Cuando la última persona abandonó el lugar, Chanyeol miró a Yixing tirado en el suelo y sonrió al verlo tan cansado. Su novio se esforzaba mucho, quizás demasiado. Y sí, se preocupaba un montón por eso, pero nunca le negaba algo o le decía que no podía porque no era correcto, sino, le decía que por favor se cuidara y que le avisara si se sentía muy mal, que siempre estaría para él cuando estuviese agotado. Además, un Yixing agotado era un Yixing muy cariñoso.

Bueno, a veces.

Chanyeol se acercó silenciosamente a Yixing y, al notar que estaba con los ojos cerrados bajo el brazo, se sentó con cuidado en su regazo, ganándose un suspiro.

―Señor Zhang, le informo que desde aquí huele fuerte.

Yixing apartó su brazo de los ojos y lentamente los abrió, frunciendo el ceño al escucharlo.

― ¿Mucho?

―Si lo siento hasta aquí...

Sin embargo, Yixing tomó a su bonito novio y lo besó.

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