《El Aventurero Maldito》Capítulo XIX

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¿Q–Qué está diciendo esta persona? Esas alas, esa forma. ¿Es esto acaso un dios? ¿El dios de este mundo? Esto, podría ser. Es cierto, este es el último nivel, la última batalla, y el último reto.

—¡Me llaman Yan…!

—¡Mi nombre es Ieyasu…!

—¡Y aceptamos tu reto! —ambos dijimos al mismo tiempo.

Sin ningún ruido más saliendo de su boca, Ramiel inmediatamente preparó sus alas y comenzó a volar, elevándose aún más de lo que ya estaba. Y con unas palabras finales:

—Perfecto, vengan a mí entonces —¡comenzó el duelo!

He estado ahorrando los pernos porque temí que una situación como esta sucediera. Cargué un perno a mi ballesta-pistola y apunté a Ramiel que estaba elevado en el aire, con un disparo finalmente el perno alcanzó la zona que estaba apuntando, que era el ala derecha de Ramiel.

—Inútil, un ataque muy directo —pero quiero verificar a que extremos puede llegar la fuerza de este “dios”. La mejor forma de hacerlo es llevarlo a sus límites poco a poco.

Viéndome de lejos, Ieyasu se acaba de dar cuenta de qué es lo que estoy intentando, preparando su espada empezó a rodear al enemigo que no se estaba moviendo aun, aparentemente esperando a siquiera una señal que revelara la próxima acción del mismo.

No puedo gastar pernos así que luego del primero dejaré de usarlos por ahora. Desenvainé mi espada y me preparé de la misma forma que Ieyasu, ambos estábamos perfectamente coordinados gracias a nuestro gran trabajo en equipo los últimos tres meses. ¡No podemos permitirnos perder!

Confirmando que el enemigo no se movería hasta que nosotros lo hiciéramos y sabiendo que había un tiempo límite, empezamos a correr hacia él, que estaba en el aire. Una estrategia que ya habíamos usado una vez pero usaríamos de vuelta.

Ieyasu se posicionó delante de mí y mientras yo corría me impulse, en ese mismo momento él se agachó y gracias a eso mi segundo impulso me permitió alcanzar a Ramiel que estaba volando mientras nos observaba.

—Es casi como si estuvieran volando —y una risa empezó a sonar, Ramiel estaba sorprendido, pero nada más.

Mi espada se dirigió a un punto clave en esta batalla, sus alas, no puedo permitirme seguir con esta batalla con solo esta estrategia. Ramiel no se había dado cuenta de esto y aunque se preparó para recibir mi golpe de frente, no protegió sus alas. Su ala izquierda acababa de ser cortada por mi espada.

Con un gemido de dolor de parte de él, me di cuenta que había logrado asestar un golpe, mientras bajaba del gran salto, debajo de Ramiel Ieyasu también estaba corriendo a la posición en la que estaba a punto de caer. Sabiendo esto, me agaché de la misma forma y Ieyasu entonces pisó mi espalda y con un salto en reversa se dirigió al mismo Ramiel que estaba de espaldas a nosotros.

—¡Un corte doble, perfecto! —gritó Ieyasu, avisándome que habíamos logrado ambos dañar ambas de sus alas de alguna forma. Esta estrategia es una que hemos estado usando desde hace mucho tiempo, ¿acaso se cree que hemos ignorado los monstruos voladores?

Mientras me recuperaba del salto junto a Ieyasu pudimos divisar a Ramiel herido, pero aun así seguía volando.

—¿¡Q–Qué!? —grité.

Las aperturas de ambas alas de Ramiel se abrieron y de allí aparecieron dos ojos de iris rojo. Estos ojos emanaban un sentimiento de maldad claro, o más bien, algo que una vez fue puro pero ahora estaba salpicado, ensuciado, manchado, y que no podía ser devuelto a su estado original de vuelta.

Ambos cortes que de sí mismos estaban emanando un líquido rojo pronto empezaron a cerrarse, estaban curándose, sus alas estaban regenerándose y de alguna forma también parecía como si estuvieran reforzándose desde que aparecieron esos ojos carmesí.

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—Un buen intento, pero debo de actuar como un buen enemigo final —dijo Ramiel.

Es cierto, no podemos derrotar a este “dios” solo usando una estrategia que ya hemos usado cerca de cientos de veces, no podemos. Tenemos que ir debilitándolo poco a poco, descubriendo sus puntos débiles y finalmente atacándolos.

Siguiendo las bases de todas las lecturas del oeste que he seguido desde hace tiempo pude detectar un punto débil a los pocos segundos de este reforzamiento. Era bastante obvio ya.

—¡Ieyasu! —le intenté avisar, pero él ya sabía a lo que me refería. Claro, él también parece ser un lector fanático como yo, heh.

Ramiel ya conoce el Doble Salto-Corte, tenemos que usar otro método. No puedo quedarme mucho tiempo pensando debido a que estamos luchando en una carrera contra el reloj.

Mi ballesta, está claro que es lo que debo hacer. Empecé a correr al lado de Ieyasu mientras movía lo que quedaba de mi brazo derecho más que el izquierdo para que Ramiel no supiera lo que intentábamos hacer. Ieyasu se dio cuenta pronto, nuestro trabajo en equipo es espléndido, ¿ven?

Pero estábamos despreocupados debido a que Ramiel no nos había atacado hasta ahora, esa despreocupación pronto se convirtió en el antónimo del mismo. De las manos de Ramiel empezaron a emanar vapores rojos que mientras flotaban se convirtieron en agujas sólidas, y salieron disparadas a por nosotros.

—¡Mierda! ¡Cuidado! —señalé mientras corría de Ieyasu, él se dio cuenta de esto y esquivo a tiempo al igual que yo. ¿Podría ser…? Preparé la espada en mi brazo izquierdo y la dirigí a una de estas agujas, contrario a lo que pensaría Ramiel. La pude desviar, son débiles contra el acero—. ¡Simplemente desvíalas!

Con extrema precisión Ieyasu comenzó a repetir mis acciones mientras yo me alejaba poco a poco de Ramiel para que este se concentrara finalmente en Ieyasu. Luego de treinta segundos Ramiel se aburrió de mí y cambió de objetivo, Ieyasu lo había cumplido. ¡Es hora!

Comencé a correr, rodeando a Ramiel para que no se diera cuenta de mí mientras Ieyasu seguía desviando las decenas de agujas que iban dirigidas hacia él, ¿sería posible que este enemigo estuviera hecho para dos personas?, realmente pensaron en todo. Utilizando la distracción que planeamos, me situé de forma que Ramiel no me pudiera ver pero yo pudiera apuntar al ojo en su ala izquierda.

—Perfecto —concentrándome, conteniendo mi respiración y de esta forma tranquilizándome apunté a mi objetivo. Tengo que hacer que esto de y lo dañe, no puedo fallar. Luego de haber librado todos mis sentidos y haberme concentrado, apreté el gatillo y el perno salió volando directo al ojo de su ala izquierda.

Ramiel se dio cuenta de esto pero no pudo actuar a tiempo, haciendo que el perno se enterrara justamente donde quería. El “dios caído” empezó a retorcerse y su ala se volvió de blanca a negra, ¿será que mientras más lo debilitamos, más se pudre? Exacto, un dios caído es un dios podrido, alguien que no tiene razón para seguir viviendo.

Las agujas dirigidas a Ieyasu desaparecieron y Ramiel empezó a descender, casi llegando a nivel de tierra. Ieyasu, tomando oportunidad de esto empezó a correr hacia el ojo de su ala derecha y con extrema precisión y fuerza enterró su espada en el mismo.

Un grito terrorífico, patético, hondo y muy agudo empezó a salir de su boca, resonando en la masa de tierra gigantesca. De esta forma, el ala derecha de Ramiel también empezó a tornarse de blanca a negra, ya no eran las alas de un ángel como había descrito antes, para nada, estas eran las alas de un demonio.

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Esto no es un dios caído, esto es un diablo caído, exacto.

La apariencia de dios caído que había descrito antes empezó a salirse por completo de la realidad que estábamos viendo ante nosotros. Ramiel ya no tenía apariencias que emanaban creencia hacia él debido al color blanco, sus ropas se convirtieron en una combinación de negro y gris que emanaba odio, muerte, desesperación, tristeza. Todos estos sentimientos podían ser sentidos con tan solo una pieza de ropa.

Si es esta la capacidad que tienen sus ropajes, ¿me pregunto cómo hubiera sido Ramiel cuando aún existía como un diablo?

Una risa diabólica empezó a resonar, mis tímpanos estaban palpitando debido al gran ruido que ambos sentían. La voz del nuevo Ramiel ahora parecía estar multiplicada por dos veces, ¿acaso esto tendrá alguna razón para que sea así?

—¡No me había sentido de esta forma desde hace aaaaaaños! Me siento taaan libre —Ramiel extendió sus brazos como si estuviera abrazando a su nueva forma, y entonces dirigió su mirada hacia nosotros—. No puedo agradecerles lo suficiente. Pero tampoco puedo dejarlos vivo una vez que me han visto de esta forma, ¿o sí? ¡Kyahahahah!

Un portal de conjuración pequeño apareció al lado de Ramiel que ya no podía volar, de allí salió una vaina de sable, un sable que brillaba entre tanta oscuridad, pero el sentimiento que recibía del mismo no era el de “una luz en la oscuridad” sino el sentimiento de “un escalón más allá de la muerte.”

—Bueno, ¿empezamos? —nos preguntó Ramiel en una voz tierna, pero con clara maldad detrás de la misma.

—Aaaaah, ¿qué hacemos? ¿Empezamos en serio? Realmente me parece que este tonto es aburrido, ¿qué dices, Ieyasu?

—Me duele decirlo cuando una situación se pone buena, pero realmente tienes razón. Esta persona realmente no tiene ningún sentido de lo que es épico en términos de batallas finales, ¿o sí?

Me empecé a acercar poco a poco a Ramiel.

—¿En serio te crees tan inteligente como para que te consideremos un jefe final? Mírate a ti mismo, ¡apestas de cliché! ¿Alas negras?, fuera. ¿Vestimenta oscura?, eso paso hace tiempo. ¿Y qué me dices de los anteriores ojos carmesí?, ¿qué se supone que es eso?, ¿acaso tienes problemas?

—¿Uh? —Ramiel empezó a confundirse. Y pronto Ieyasu comenzó a seguirme la corriente.

—¿Y qué hay con esa forma de hablar? Es cierto, realmente todo en este mundo está copiado de libros de literatura ficticia. ¿Acaso tú quieres seguir la orden de los idiotas que te han dejado aquí varado únicamente para que nos asesines?, ¿no quieres vivir una buena vida?

—Y–Yo... —seguramente esté pensando en algo como “Pero es mi misión…”—. Pero, es mi misión… —¡bingo!

—¿Tu misión? ¡Hoy en día la gente hace lo que quiere, tooooonto! No importa que hagas, ellos no pueden hacerte nada. ¿Quieres que te cuente la verdad?, los que te crearon son —una pausa para el efecto dramático que quería añadir—, ¡personas normales!

—T–Tú —lo estamos logrando en serio, ¿se está confundiendo con cosas tan obvias? ¿Qué clase de idiota es?—, no lo puedo creer.

—¡Cliiiiiiiiiiiiiiiiché! ¡Aburridooooooo! ¿No quieres salir de todo eso?, ¿no quieres vengarte? ¡Eres un diablo caído, sin duda alguna tienes la fuerza suficiente como para acabar con ellos!

—E–Eso es cierto, pero —¿pero qué? Creo que te hemos dado bastantes razones. Como si finalmente creyéndonos, Ramiel comenzó a dudar acerca de sus “maestros” que le crearon con el único motivo de guardar la salida, de por mientras nosotros nos habíamos acercado lo suficiente como para estar frente a él—, tienes razón. ¡No quiero esto! No quiero estar atrapado para siempre aquí, estoy malgastando mi vida. Yo quiero salir de este lugar y–¿eh?

—Realmente eres idiota —dije mientras ambas mi espada y la de Ieyasu lograron atravesar en mi caso la boca de Ramiel y en su caso el corazón del mismo—. ¿En serio crees que deberías de creerle a tu enemigo? Eso te ha llevado a la ruina, ¿y ahora qué harás? ¿Salir de aquí? ¡No bromees! ¡Tu destino al igual que el de muchos humanos es pudrirte en un mismo lugar hasta que mueras! ¡AGUANTATELO!

Sin duda alguna este final no era el mejor, ni el más dramático. Tampoco era el más épico, ni el más fantasioso, ni te hacía llorar ni tampoco te dejaba con el aire de que acabas de ver algo impresionante, pero eso no me importa y creo que a Ieyasu tampoco. ¡Estamos hartos de este lugar, nos queremos ir de una vez!

—¡Deberías de haberte dado cuenta desde que nos viste intentando resolver el puzle allí arriba! ¡Ambos queremos salir de aquí! —incluso Ieyasu que normalmente estaba tranquilo y feliz ahora estaba tan frustrado que incluso se estaba desquitando con el pobre Ramiel.

El diablo no podía hablar gracias a mi espada que estaba incrustada en su boca, luego de unos segundos Ramiel empezó a desintegrarse y ahora no quedaba más que suciedad donde antes estaba el pobre.

—¡Dios, por fin hemos terminado! —grité cuando finalmente vi que un portal de conjuración mucho más grande que el anterior apareció, de allí no salía ninguna criatura como antes. Era claro que esto nos llevaría al mundo en el que antes estábamos.

—Cierto, no puedo creer que en serio hayamos podido soportar todo eso. Esa actuación allí fue de lo mejor que he visto en mucho tiempo, si no fuera porque tú estabas allí conmigo seguramente habría terminado por reírme de Ramiel —¿vaya? Eso sí que es inesperado, pero a decir verdad incluso yo estaba de esa forma.

—Para la próxima, deberían de saber que no solo hemos logrado avanzar físicamente y psicológicamente. Nuestra inteligencia ha avanzado también, luego de tantos meses seguramente cuando volvamos nos verán como personas completamente diferentes. Es un gran lugar para practicar, pero el último enemigo le faltaba algo —añadí.

Y era obvio que era ese algo. Tanto Ieyasu como yo nos dimos cuenta a la mitad de la pelea. ¿Cómo es que en serio Ramiel no se dio cuenta que Ieyasu era una distracción para que yo pudiera dispararle? ¿Y qué hay del primer ataque?, eso lo hubiera podido esquivar con un poco de reacción. No debería de haber sido capaz de cortar su ala en principio.

—Exacto —confirmó Ieyasu—. Este enemigo era incluso más estúpido que los anteriores que hemos enfrentado —pronto Ieyasu se empezó a reír—. ¡No olvidemos tu primer disparo que casi pareció que lo hiciste dormido, y aun así no lo esquivo!

Incluso yo me reí ante esto. Rosie, Bosch y Sharur de la misma forma se estaban burlando del pobre ya muerto Ramiel. Realmente, esto es una muerte muy poco gloriosa, de un honor desastroso y sin duda anti-dramática, pero es lo mejor para escapar rápidamente de aquí.

—Bien entonces. ¿Nos vamos? —le pregunté a Ieyasu.

—Claro que sí, no puedo esperar a la misión de mañana —fue su respuesta.

Finalmente habíamos terminado, luego de más de tres meses, un montón de situaciones insufribles y un gran trabajo en equipo que nos mantuvo entre la espada y la pared en casi todos los momentos, finalmente…

Caminando hacia el portal, varios sentimientos empezaron a fluir en mi cabeza. Alegría, emoción, impaciencia, ansiedad, susto también en el caso de que los tres meses que estuvimos fuera en serio se hayan cumplido, eso sería desastroso para mí.

Pero sobre todo eso también sentía satisfacción. Un sentimiento de satisfacción que no se iría no importa que, siento como que “he terminado algo y estoy alegre por ello.” Aun cuando me tomó mucho tiempo, lo pude lograr.

La misma experiencia que cuando vine por primera vez volvió a ocurrir, ya no podía ver la masa de tierra que estaba cayendo al piso y me encontraba en el mismo lugar en el que estaba antes. El portal salió desde arriba y gracias a esto caí con mi trasero, aunque Ieyasu también lo hizo.

Mirando alrededor pudimos ver la piedra con los símbolos extraños, pero estaba rota. Ya no volvería a atraer a nadie más dentro de su mundo porque lo acabábamos de completar. Esto significa que somos los primeros en completarlo, ¿me pregunto qué habrá sido de aquellos que nos ayudaron en el puzle de la última plataforma? No han regresado, eso es algo que claramente sé, pero sin duda alguna debo de agradecerles.

Exacto, gracias a ellos pudimos regresar.

—Bien entonces, realmente no puedo aguantar mucho más —justo como pensé, las suposiciones de Ieyasu eran ciertas y tan solo habían pasado treinta minutos desde que salimos gracias a la posición del sol. Las plantas y todo lo demás lucían igual.

—Sí, yo también estoy muy cansado. Eso dicho, tú tienes la suerte de simplemente poder ir de vuelta al dormitorio y descansar, en cambio yo tengo que ocuparme de un millón de cosas aún —me respondió Ieyasu—. Por cierto, quiero que de vuelta me llames Lorien, nadie aquí me conoce más que tú.

—Vaya, me halagas, eso significa que confías en mí más que en los demás —comencé a reírme—. No te preocupes, eso es mutuo. Y sí, no te volveré a llamar Ieyasu hasta que nos despidamos uno del otro. Eso dicho, ¿en serio te acuerdas de lo que tienes que hacer?

—No me subestimes.

Y entonces, finalmente empecé a caminar pero pronto me vi parado por una cierta sensación emanando de mi estómago.

—Ah, cierto. Es posible que gracias al nuevo mundo no lo hubiera sentido, pero cuando me estabas persiguiendo en realidad tenía mucha hambre. Realmente la tengo, creo que iré a comer algo primero y luego iré a dormir.

Y de esta forma, el día de mañana finalmente departiríamos a la mina abandonada en donde La Banda de Daimyou se estaba ocultando. Algo dentro de mí ha cambiado, no solo físicamente, no solo mentalmente, aun cuando me cuesta decirlo, también he cambiado socialmente.

Espero que siga avanzando de esta forma, yo, claro está.

Una vez llegados al cuarto aun así, pronto me vi envuelto en una situación problemática cuando tanto Rosie, como Bosch y Sharur empezaron a criticarme debido a que no les permití hablar mientras estábamos dentro.

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