《El Aventurero Maldito》Capítulo XVIII

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Ya habíamos vivido cerca de tres meses dentro de este lugar, pero incluso eso era un aproximado poco específico debido a que lo único que podíamos ver era oscuridad. Luego de tanto tiempo corriendo, derrotando enemigos y, bueno, corriendo, finalmente hemos llegado al final.

—Es en serio, ¿no? No estoy soñando. Esta es la última plataforma y es todavía más hecha de tierra —le dije a Ieyasu, esperando que me golpeara para que me despertara o algo pero no lo hizo, él estaba igual de impresionado que yo.

—Debe de haber algo por aquí que nos deje salir —me avisó Ieyasu.

Es cierto, si queremos salir entonces aún no ha terminado nuestra misión, debemos encontrar algún dispositivo o algo para salir, imagino. ¿Dónde está?, realmente quiero regresar de una vez por todas, sería mejor terminar pronto.

Tanto Ieyasu como yo empezamos a explorar la gran masa de tierra, pasaron más de dos minutos y no se colapsó por lo cual empezamos a pensar que realmente habíamos llegado. Golpeando el suelo en el que estábamos para ver si había algún tipo de trampa en cada paso por las dudas, o que también debajo de nosotros estuviera el dispositivo.

De esta misma forma estuvimos buscando la gran masa de tierra de cien metros cuadrados durante cerca de una hora por nosotros mismos.

Me encontraba buscando en uno de los bordes, mirando para abajo solo se podía ver oscuridad, negro, ausencia de luz. Básicamente, nada. Era lo último que quedaba de este mundo que finalmente habíamos logrado explorar en tres meses. Lo único que nos iluminaba eran unas antorchas posicionadas en los bordes de la masa de tierra gigantesca, cerca del centro y finalmente una ubicada justamente en el centro.

Una vez habiendo confirmado que no había trampas ni dispositivos bajo la masa de tierra, empecé a cuestionar un poco la existencia de tal cosa. ¿No podrían simplemente dejarnos atrapados aquí? La respuesta de Ieyasu fue la siguiente:

—No lo creo, esto lo hacen para entretenerse. Gente que hemos capturado están completamente rotas mentalmente, y aun así —una pausa—, se atreven a decir cosas como “Lo hacemos por la diversión de ello. Ver personas muriendo a manos de los monstruos de otro mundo y al mismo tiempo verlos crecer, y completar los retos es nuestra ambición.” Es lo que dicen ellos.

—Mhh, entiendo. Siguiente, hemos verificado toda esta área, ahora empecemos por verificar las antorchas. Están sostenidas por un palo de piedra, puede que haya algo escrito ¬—ordené. La idea de explorar esta área la dio Ieyasu, pero esta era completamente mía.

Dividimos el área en dos partes, había en total veinte antorchas, diez para cada uno. Y luego estaba la del medio que la decidimos dejar para el final, únicamente por la tensión. “¿No es mucho más dramático si lo hacemos de esa forma?” fue lo que dijo Ieyasu.

La primera antorcha tenía sin duda alguna algo escrito en ella… pero pronto me di cuenta que “escrito” era una palabra incorrecta, esta no es la primera vez que alguien viene a este mundo. ¿Habrán muerto o escapado?, eso es algo que no sé en lo completo, pero ciertamente quisieron dejar su mensaje… e hicieron un corte a esta antorcha.

Confirmamos ambos que las respectivas segunda y tercera antorcha de cada lado tenían el mismo corte en la misma posición. Hicimos lo mismo con la demás pero no había marca de estos cortes a excepción de la sexta y la séptima, recordamos las posiciones en caso de necesitarlas.

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—¿Encontraste algo además de esos cortes? —le pregunté a Ieyasu, pero su respuesta fue negativa—. Ya veo —suspiré—, bueno, no podemos simplemente quedarnos a esperar aquí, ¿o sí?

—Cierto, tenemos que tomar acción. La primera a la tercera, la sexta y la séptima, ¿no? Si hay cortes es posible que sus espadas estuvieran destrozadas, eran de mala calidad. Después de tanto tiempo es obvio que sus espadas terminarían rotas. Tenemos mucha suerte de no habernos encontrado con familiares de piedra —explicó Ieyasu mientras escuchaba atentamente—. ¿Qué dices?, ¿las destruimos?

—¿Destruimos qué?

—¡Las antorchas, por supuesto! —¿eh? No, un momento. Las antorchas son el único recurso de luz que tenemos disponible y esta persona planea destruir la mitad de ellas. ¿Acaso es consciente de lo que dice?

—¡No podemos hacer eso! Imagina el caso de que no llegue a funcionar este plan, ¿qué haremos con tan poca luz? ¿¡Y si nos caemos!? —discutí con Ieyasu.

Aun así, entiendo su punto, no tenemos suficientes pruebas de que esto sea la verdadera forma de hacerlo pero aun así tampoco hay otra forma disponible, ¿o sí? Incluso entonces sigo creyendo que destrozarlas ahora sería un acto demasiado arriesgado, sea o no la opción correcta.

—Mhh, tienes razón. Mi juicio fue demasiado apresurado, perdón —Ieyasu se postró ante mí.

¿Eh? ¿Por qué te estás postrando? No me había dado cuenta hasta ahora pero Ieyasu en realidad me tiene bastante respeto, ¿no? Bueno, no es como si no compartiera ese respeto, digo, yo también le tengo bastante estima y creo en él como un compañero leal luego de tantos meses.

—¡N-No hace falta que te pongas así! Ponte en pie rápido, que es ridículo verte así —es ridículo ver a una persona que al conocerla hizo una pose de héroe de historias antiguas cada vez que se presentaba una situación mala—. Venga, rápido —Ieyasu se puso en pie y entonces me miró fijamente a los ojos con una sonrisa, esperando a lo siguiente que iba a decirle—. Te privé de hacer lo que quisieras justamente porque pienso que es posible que haya un truco para esto. ¿No es demasiado fácil?

—Ahora que lo pienso —Ieyasu concuerda—, comparado a todo lo demás que nos hemos encontrado aunque nos tome tiempo, esto ciertamente parece ser bastante fácil —¿cierto? Sería una cosa si el truco estuviera delante de nosotros como si diciéndonos “Felicitaciones, lo han logrado, héroes. Ahora escapen de aquí” pero cuando nos es dado en un estilo de puzle entonces no sería bueno que fuera demasiado fácil.

No es algo que podemos confirmar fácilmente, pero es lógica humana, está claro que no sería tan fácil. Podrían haberlo hecho de varias formas que serían más obvias y necesitarían de esfuerzo físico que te pondría entre la espada y la pared justo al estar en la salida. Pero decidieron poner un puzle, ¿por qué? Eso es obvio, porque quieren que salgamos.

—Bien, primero que nada. En seguida encontramos los cortes solo empezamos a buscar por escrituras y por esos cortes, ¿no? Ahora busquemos por eso en la antorcha principal —fue mi siguiente orden—. Si no encontramos nada, empecemos a hacer una búsqueda de vuelta por esta gran plataforma pero esta vez viendo el suelo a ver si es que hay algún tipo de símbolo o enmarcadura o lo que sea grabado en la tierra.

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La antorcha en el centro era algo de lo que casi me olvide. Bueno, en principio fue culpa de Ieyasu por decir que la revisáramos a lo último, pero creo que también está bien así.

Luego de confirmar que la antorcha del medio en realidad no tenía nada interesante, nuevamente empezamos a revisar el suelo. Luego de dos horas de búsqueda incluso más intensiva logramos confirmar que realmente no había nada más.

—Bien. ¿Estás preparado? —me preguntó Ieyasu—. A decir verdad, me sorprende que luego de tres meses no te hayas sumergido en la locura. Y también puedo decirte que luego de todo este tiempo siento como que es posible que si lucharas contra mí, llegaríamos a un empate.

—¿Es eso en serio? Lo confirmaremos cuando salgamos de aquí entonces —preparé mi espada y la posicione en dirección a mi lado—. ¡Vamos entonces! A la cuenta de tres, ambos correremos a las antorchas que habíamos descubierto y las destruiremos.

Uno… dos… ¡tres!

Y con esta cuenta regresiva que me hizo recordar a cuando hice mi primer duelo contra “Lorien” que ahora es como una persona completamente diferente luego de estos meses. ¡Es tan diferente que hasta su identidad es diferente! Ieyasu ahora, ¿me pregunto si será mucho más fuerte que antes? Lorien contra Ieyasu, ¿quién ganaría?

Mientras pensaba en estas cosas me dirigí a la primer antorcha y con un gran espadazo derribé la piedra. El material de mi espada era de gran calidad y pude hacer eso sin mucha fuerza. Seguí haciendo lo mismo para la segunda, la tercera, la sexta y la séptima antorcha.

Mirando al otro lado de la plataforma, Ieyasu se encontraba haciendo lo mismo. Una vez que ambos completamos la tarea, nos dirigimos al centro de la plataforma ambos y esperamos.

Luego de esperar un minuto, finalmente me había hartado.

—¡Ah! No soporto más esto —Ieyasu se sorprendió ante mi actitud, hace poco estaba totalmente calmado y feliz de nuestra situación, pero ya no. ¡No puedo soportar más de esto! Todos nuestros esfuerzos están siendo en vano.

Y aun así, Ieyasu ni siquiera intentó hacerme la contra. No, él se siente de la misma forma, no importa que tan sabio e inteligente sea o lo haya sido, ninguna persona puede soportar tanto estrés. ¿Quién puede soportar estar tres meses o más corriendo sin parar, sin saber cuándo terminarás?

¡Y justo cuando estás finalmente al final, resulta que no hay una salida! ¿Pero qué tipo de estupidez es esta? ¿¡Acaso los creadores de esto no querían divertirse!? ¿¡Se están burlando de nosotros!?

¿¡PERO QUÉ TAN IDIOTAS PUEDEN VOLVERSE!? Odio este tipo de personas que le quitan la alegría a los demás solo para beneficiarse, los odio tanto… tanto… ¿por qué simplemente no se tiran por un pozo? Si tanto quieren volverse felices, ¿por qué no simplemente entran ellos mismos a sus propios mundos a ver qué sucede?

Mi pensamiento ya se estaba volviendo borroso, ya no podía soportarlo. No quiero mover mi cuerpo más, no quiero pensar más. Entre todo esto, no me di cuenta que yo también soy alguien que le quita la felicidad a los demás. Y aun así los estoy criticando. Y claro está, que en realidad, toda persona le quita la felicidad a los demás, pero yo era incluso peor en mi pasado.

Tal furia era la que se estaba guardando dentro de mí que no pude soportarlo más y tiré mi espada al suelo, un acto que señalaba que ya me había rendido. Un acto que señalaba que había perdido, que no podía hacer nada más. Que no lo soportaba más, sáquenme de aquí, por favor.

Empecé a golpear al suelo con todas mis fuerzas, lágrimas estaban saliendo de mi cara. ¡Aún tengo tantas cosas que hacer!, ¿se creen que deseo terminar mi vida aquí, en este lugar tan podrido?

—¡Sáquenme de aquí de una vez! ¡No deseo estar aquí más! No deseo… estar aquí… más —¿por qué estoy así? Debe resultar tan incómodo para Ieyasu, ¿no? Muy dentro de mí realmente me estaba diciendo que parara de hacer esto, pero, esto es demasiado estrés, ¿sabes? No quiero parar.

No me importa ya si hay una salida. Todo esto es una completa pérdida de tiempo, incluso si hay una salida seguramente sea imposible averiguarla ahora, no podemos ver nada, más de la mitad de las antorchas se han ido y ya no podría asegurarme de a donde siquiera estoy yendo.

—Realmente esto es una mie–

Y repentinamente, el suelo debajo de nosotros se sacudió. Este sentimiento, sí, es el mismo que tenía cada vez que una plataforma se derrumbaba. Un momento, ¿eso significa que después de todo esto estaba hecho para que muramos? ¿¡Pero qué…!?

Y entonces… junto a la plataforma nos caímos, pero la plataforma no se empezó a derrumbar en pedazos como lo hacían las demás. No, esta empezó a caer establemente. Viendo por el borde me di cuenta que no llegaríamos a la superficie dentro de mucho tiempo.

El sonido de un portal de conjuro empezó a sonar y finalmente pude ver cuál era el truco de este lugar. ¿Por qué esta plataforma era más grande que las demás?, la respuesta estaba aquí, era para formar una buen zona de batalla contra el último enemigo.

—Así que llegaron al final —dijo una persona con alas de ángel. Estas alas de ángel con plumas tenían cada una raya, como sí cuando se abriera encontráramos algo dentro de estas alas. Su forma se asemejaba a la de un dios caído que finalmente se mostraba ante sus anteriores seguidores, solo para exterminarlos a todos. Y es posible que lo que hiciera pronto no fuera tan diferente a eso—. Buen trabajo, buen trabajo. Lo siento, pero como designaron mis maestros, ahora comenzará la última fase de este mundo.

¿Qué fase? ¿De qué está hablando? ¿Acaso se refiere a que finalmente estamos en el final?

—Me refiero a… la situación en la que estáis. Deben de derrotarme antes de que esta plataforma contacte con el suelo. El impacto los hará morir, ¿no? —y esta persona empezó a reírse luego de esto. Una risa que claramente no parecía pertenecer a un humano cualquiera—. Bien, presentaciones. Mi nombre es Ramiel, ¿cómo os llamáis?

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