《Guerra Moderna en un Mundo de Fantasía》Capitulo 24

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Dos días después, a pocas millas del Reino de Lledo.

-¡Esto es increíble! ¡Nunca imagine que un barco fuera tan rápido!

Drina contempla la vista desde la proa de un destructor. Mientras extiende los brazos y cierra los ojos para sentir la brisa marina en su rostro.

-Me alegro que te guste.

-A también mi también me asombra. Que un barco tarde solamente dos días en llegar a nuestro reino. Nuestras naos les tomaron dos semana en llegar a Paxbelli. Aun me cuesta creer este gran barco no se impulse con velas o magia.

El duque dice mientras admira lo grande del barco. Para Matias, ver a alguien que se asombre por lo que su país posee se volvió algo rutinario. Un destructor clase Arleigh Burke es cuatro veces mas grande que una nao.

-Este barco no tiene velas ni remos, pero aun así se mueve. ¿Como funciona?

-Se mueve por medio de turbinas de gas.

-¿Turbina de gas?

-Si, es el motor que lo impulsa. Para ponerlo en términos simples, utiliza la energía quemada del aire que entra en un extremo haciendo que gire una turbina, lo que permite moverse.

-Hmm... realmente no entiendo pero suena increíble.

Un marinero que aparece detrás de Matias interrumpiendo la conversación.

-Señor presidente, la flota del Reino de Lledo nos ha divisado.

-Excelente, informe al capitán que no muestre ningún acto hostil hacia las fuerzas locales.

-A la orden.

* * *

Horas, después en el palacio real de Etnul, capital de Lledo.

El rey Barique paseaba por el jardín del palacio contemplando las flores, cuando de repente es interrumpido por uno de sus guardias.

-Su majestad.

-Habla.

El guardia se inclina ante el rey mientras le habla.

-Informe. Hace unos minutos, en el mar al sur del reino, aparecieron tres barcos de gran tamaño, de unos 150 metros cada uno.

El rey se sorprende ante el informe del guardia.

-¡¿Barcos gigantes?!

-Si, su majestad. Cuando la marina realizo una inspección a bordo, se encontraron con el rey de Paxbelli, el presidente Martínez. También venia acompañado por el duque Gunselo y la princesa Drina.

-Ya veo.

-Hay mas. El presidente Martínez solicita una audiencia con usted su majestad.

-Bien. Ordene a las sirvientas que preparen todo para la recepción.

-Como ordene su majestad.

* * *

Horas mas tarde. Después de ser guiado por el palacio, Matias llega a la sala del trono donde conoce al rey de Lledo, Barique Rabry.

El rey se pone de pie y comienza a hablar.

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-Bienvenido al Reino de Lledo. Presidente Martínez, Señor de los Dragones de Hierro.

-Gracias rey Barique, yo...

-Y veo que has venido personalmente para decirme que has aceptado casarte con mi hija. Y me siento muy honrado por tal presencia.

-Ah, sobre eso. Me gustaría hablar sobre ese tema... en privado.

-¿Eh?

El rey pone una expresión de duda ante las palabras de Matias.

* * *

Mas tarde.

-En conclusión. No quieres que tu hija se case con el emperador, pero tampoco quieres que tu pueblo sea arrastrado a una guerra.

-Lo se. Estoy desgarrando mi cabello sobre este problema.

El rey se hundió profundamente en el respaldo del sofá mientas suspira. Matias, el rey y el duque están en una habitación lujosa.

-¿Que piensa del emperador Gudo?

-Pienso que hay un limite para ser un idiota. Si dependiera de mi, hacia tiempo que le hubiera dado un puñetazo a ese cerdo.

-(murmurando) También odio a los viejos verdes pedófilos.

-¿Viejos que...?

El conde pregunta el no entender lo que murmuro Matias.

-Oh, no nada. Solo pensaba en voz alta. No importa.

Matias había olvidado que hay algunos términos de la Tierra que no existen en este mundo.

-Si rechazas el compromiso, ¿que podría pasar?

-En el peor de los casos, el imperio podría romper el pacto de no agresión. Y eso seria muy terrible. Estamos muy cortos de personal militar por las incursiones de los ogros en nuestras tierras. Casi toda mi flota se rebelo hace unos años. Y posiblemente Gudo centraría su ira contra usted y no en mi. Al enterarme de tu propuesta de matrimonio pensé en que habría una posibilidad de salvar a mi hija y de establecer una alianza con Paxbelli.

-Ya veo. Por eso enviaste a tu hija y a tu hermano a Paxbelli.

El Reino de Lledo es un país muy montañoso con barreras naturales con Pohjola, pero aun así eso no impide que tribus orcos incursiones por los pasos montañosos. Los pocos pasos montañosos que hacen frontera con el reino de Zarenca están controladas por bandidos.

Lledo poseía una gran flota, pero hace unos años su mejor almirante misteriosamente se rebelo y convirtió a buena parte de la flota en piratas. Asaltando dos los barcos mercantes que comercialicen con Lledo. Pero de alguna forma no atacaban a los barcos con la bandera del Imperio Owory.

-Así es. Pero no esperaba que confundieras ese regalo que le diste a mi hija con una propuesta. ¿Ahora que voy a hacer?

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El rey da otro suspiro debido al malentendido cultural.

-Entonces. Le propongo esto.

-¿Eh?

Matias saca de su maletín algunos papeles y se lo muestra al rey.

-¿Que es esto?

-Este es un tratado de defensa mutua. En caso de que el Imperio de Owory rompa el pacto, Paxbelli instalaría inmediatamente una base militar en el reino. Este otro es un tratado comercial. Solo hace falta su firma.

El rey se queda sin palabras ante la explicación de Matias.

-Bueno, ahora con el tema de su hija...

Apenas comenzando, alguien toca la puerta interrumpiendo a Matias.

-Adelante.

Con el permiso del duque, una sirvienta entra en la sala y se inclina.

-Disculpe su majestad. El príncipe Enrigo solicita una audiencia con usted.

-¿Quien es el?

-Es el hijo mayor de Gudo, es igual de sádico que su padre. Al no poder casarse con mi hija por la diferencia de edad, decidió enviar a su hijo en su lugar. Pero es seguro de que es una excusa para estar con ella... Maldito.

El rey refunfuña esas ultimas palabras. Por lo que Matias entiende por completo en la complicada situación en que se encuentra Drina y el reino.

Luego el rey respira profundamente y se calma.

-Bien, as que pase.

-Si, su majestad.

La sirvienta se inclina nuevamente y se retira.

Matias trato de salir ya que pensó que seria un estorbo, pero el duque lo detuvo. Momentos después un joven de unos treinta años entro en la sala. Tenia una expresión arrogante y confiada. Se sentó en el sillón y apoyo los pies sobre la mesa, ignorando completamente a Matias.

-Bien su alteza. Me gustaría escuchar su respuesta.

Ambos se sientan en sofás opuestos el uno al otro y un poco alejados del que Matias esta sentado. El rey a su derecha y el príncipe a su izquierda.

-He decidido rechazar su oferta.

-Que bien que haya acep... ¡¿Que?!

Las palabras del rey cayeron como un balde de agua fría al príncipe.

-Como he dicho, voy a declinar su propuesta de matrimonio entre usted y mi hija. De echo, mi hija se casara con el presidente Matias Martínez, del Reino de Paxbelli que esta aquí presente.

De golpe Matias voltea su mirada al rey queriendo decir: “¡¿Que?! ¡¿Otra vez me la jugaron?!”

Enseguida el príncipe se pone de pie.

-¡Esto es un ultraje! ¡No crea que esto se quedara así! ¡Y en cuanto a usted!

El principe escupe a Matias. Matias estaba estupefacto ante la actitud del principe.

-¡No me importa de que reino venga, aprenderá por las malas lo que les pasa a los que se opongan a la voluntad de mi padre. Maldito bastardo!

Luego del escandalo que armo, el príncipe se retira furioso de la sala.

Después de ver al príncipe retirarse, el rey voltea su mirada hacia Matias mientras el se limpiaba su cara del escupitajo del príncipe.

-No se preocupe, todo estará bien.

Y así se firma formalmente el tratado de defensa mutua entre Paxbelli y Lledo.

* * *

Mas tarde a pocos kilómetros del muelle de Etnul.

-El suelo es duro... esto es... ¿Hecho de hierro? ¿Como podría flotar en el mar? Un barco debería construirse con madera.

Con el hecho incomprensible de un barco de hierro flotando en el mar, la confusión del rey siguió aumentando.

-Y eso que no vio el interior.

Como le dijo Matias, el rey entro en el interior del barco.

-... el interior... es brillante. ¿Esto es magia? ¿No es un barco mágico?

Después de ser guiado al interior del barco, que era tan ancho que parecía una ilusión, el rey llego al puente.

-Como podrá ver. Este barco esta equipado con lo ultimo en armamento. En cuanto los piratas intenten asaltar los barcos mercantes, los eliminaremos por completo.

-Eliminarlos por completo... ¡¿Eliminarlos por completo?!

Para el rey era algo absurdo. Solo habían tres naves. Solo tres buques no podrían enfrentarse contra docenas de barcos piratas.

-Señor presidente. El helicóptero esta listo.

El capitán del destructor le informa que los preparativos del viaje al Gran Bosque de Alfheim estaban listos.

Para hoy estaba programada la inspección de los campos petrolíferos en el territorio de los elfos del norte.

-Ah, correcto. Lo tengo, me iré. Muy bien rey Barique, con esto termina el recorrido de hoy. Tengo que inspeccionar la exploración para la perforación de los campos petrolíferos en el Gran Bosque de Alfheim.

-¿Campos petrolíferos? ¿Que es eso?

-Es donde yace el petroleo. Lo usamos mucho en mi país.

-Si es ese el caso, me gustaría que llevaras a Drina contigo, pues tenia pensado en entablar relaciones comerciales con los elfos ya que la actividad de los ogros en la frontera desaparecio misteriosamente. Por lo que la enviare como emisaria. Si no le molesta, claro.

-Ah, eso seria genial. Entre mas países se lleven bien mejor.

-Hmm... cierto.

Ignorando completamente las intenciones del rey, Matias se dirige al helipuerto del destructor donde se encuentra el VH-60N.

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