《La puerta de Maltras》Capitulo 107

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Capítulo 107: Buscando y conversando en el bosque.

*Punto de vista en tercera persona*

Un grupo de devar era muy diferente a uno de goblins; esto se debía a que, al contrario de los monstruos verdosos, no existía un líder que controlara a los demás.

No necesitaban a alguien que los dirigiera, pero de todas maneras trabajaban muy bien en equipo, casi como si compartieran una misma mente.

Este rasgo es lo que les permitía sobrevivir en su hábitat natural, esto y su habilidad para controlar monstruos más débiles… Siendo los que tenían rasgos humanoides, sus favoritos.

Dicho favoritismo nacía de su otro rasgo distintivo: su libido.

Solo los valientes (y los idiotas) se adentraban en Kasshu, por lo que muy rara vez podían poner sus garras sobre ejemplares tan satisfactorios como lo eran las personas. La raza no era tan importante, disfrutaban violando tanto a un humano como a un elfo oscuro.

Los devar son las criaturas que más desapariciones de aventureros han provocado en los alrededores de la mazmorra… Y pese a esto, no son muy conocidos.

Sin embargo, cierto día… En un amanecer como cualquier otro, un grupo de personas entró en las ruinas y extrajeron un grupo de crías de devar. Fue un equipo numeroso, pero solo salieron tres.

“Tenemos los monstruos que faltaban… Ahora solo resta pasarlos por Eralgia hasta el punto acordado” (¿?)

El plan fue un fracaso, incluso con la suerte que los tres tuvieron de escapar de Kasshu y conseguir ayuda para transportar los huevos y crias hasta Pormocl, todos murieron, víctimas de meros goblins.

Nido tras nido fue quemado. Los prisioneros liberados y los monstruos asesinados.

A los soldados de Sulteto les pareció irreal lo difícil que había sido todo antes de la llegada de Aruh y su equipo, ahora todo era tan fácil y exterminar goblins y devar no era más peligroso que matar ratones..

“¡Haaaaa!” (Lauzi)

Una veloz ráfaga plateada destrozó a los goblins que se encontraban a su paso.

Se trataba de Lauzi, quien ahora se encontraba usando una bella lanza y una armadura simple pero de gran calidad… Ambas eran obras de Aruh y de Schelt, construidas durante un tiempo libre.

Su calidad y diseño eran inferiores al resto que los dos armeros hicieron para las chicas y el resto del grupo, se podría decir que eran modelos seriales, pero eran muy superiores a lo que la joven elfo solía usar… Incluso de las armas que recibió tras unirse a las defensas de Sulteto.

La punta de la lanza era de Eruse con un núcleo de plomo con una forma cónica, perfecta para perforar. Gracias a su cuerpo hecho de fresno furioso, era ligera pero estable y manejable… Un arma por la que un mercenario trabajaría por años para poder comprar.

“¡Fantástico! ¡En mi vida había sostenido una lanza como esta!” (Lauzi)

La mirada de Lauzi buscó por todo el campo de batalla en busca de Aruh o de Schelt, los fabricantes de tan increíble arma. Encontró a Schelt, y esta sintió la mirada que le dirigían, su ojo se encontró brevemente con los de Lauzi y se limitó a asentir cuando esta le mandó un gesto de aprobación.

“¡No te distraigas!” (Varetsi)

Una flecha acabó con la vida de un goblin que se acercaba sigilosamente desde la retaguardia de Lauzi.

“Gracias por la ayuda.” (Lauzi)

“¡De nada! Ahora concéntrate o saldrás lastimada… ¡Estamos en medio de un combate!” (Varetsi)

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Pese a ser de la misma raza y tener edades muy cercanas, Varetsi era muy estricta con Lauzi… Lo fue desde que salieron del pueblo para comenzar con la operación de rescate, solo le hablaba por medio de reclamos.

Varetsi estaba muy enamorada de Aruh. Ya soñaba con los días en los que tendría a sus bebés… Formando una gran familia junto con el resto de las chicas y los niños que ellas también tuvieran de él.

Es por eso que la actitud altanera e irrespetuosa de una joven de su misma raza hacia su amado la ponía de mal humor… Si terminara por unirse al harem de Aruh la podría perdonar, pero viendo lo apegada que era a su hogar y seres queridos, era un escenario poco probable.

“Como ordene, jefa.” (Lauzi)

Por otra parte, el estado de humor en el que se encontraba Varetsi le hacía recordar a Lauzi el lado que no le gustaba de sus padres… Volviéndola un poco rebelde.

Pero incluso con esta actitud, obedeció la orden y se puso a combatir en serio.

De Sulteto salieron Aruh, la mayoría de las chicas (Agatha, Lempo, Fortuna, Elin, Kristera y Megan fueron las únicas que no), Dob, Eugene, los entes, la mitad de los mercenarios, Lauzi y una gran parte de los guardias. El resto se quedó en la seguridad del pueblo para defenderlo por si continuaban los ataques.

Durante todo un día entero, esta fuerza de subyugación estuvo limpiando los bosques y caminos de todo devar o goblin que se encontraran, sin embargo, el trabajo era tardado pese al gran número de participantes… Sobretodo para transportar a las víctimas al pueblo, y a medida que pasaba el tiempo, Lauzi se ponía cada vez más impaciente, pues no habían logrado avanzar hasta su aldea.

Esa noche, tuvieron que acampar en medio de los bosques para no gastar más tiempo en regresar...

Además, algo que llamó mucho la atención, no solo de Aruh y Naku sino de todos los integrantes del grupo de subyugación, es que los goblins habían empezado a usar armas.

“¿Estarán saliendo del control de los devar ahora que hemos matado a un gran número de estos?” (Faban)

“Ojalá, nosotros hemos matado a muchos desde antes de llegar a Sulteto y nunca los vimos usar armas de ningún tipo… Bueno, algunas veces usaron piedras.” (jefa de los mercenarios)

“El peligro aumenta mucho solo con eso… Es admirable que continúen ayudándonos en esta misión cuando la única que tienen es la de cuidar del señor comerciante. Hasta me olvido que son mercenarios y no parte del grupo de héroes.” (Simon)

“Los mercenarios podemos llegar a ser héroes con el estímulo adecuado…” (jefa de los mercenarios)

La jefa de los mercenarios bebió un sorbo de la botella de vino que tenía en sus manos. Ella y los dos sargentos se hallaban sentados alrededor de una fogata en medio del campamento, mientras algunos de los subordinados de ambos equipos vigilaban los alrededores.

Arachne, Barker y Quetzal también estaban montando guardia, así como To y Eugene… Había suficiente seguridad como para que Aruh y sus chicas se entregaran despreocupadamente al deseo y al amor.

Desgraciadamente, con tantas miradas vigilantes, Medea, Hasos y las tres centáurides no pudieron unirse… Y fue difícil para Aruh poder escabullirse para hacerlo con ellas también (difícil pero no imposible).

Sin embargo, no solo ellos tuvieron ‘acción’ esa noche… Los mercenarios y guardias que descansaban también lo hicieron para relajarse y/o divertirse.

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Hombres y mujeres buscaron una pareja ideal con quien pasar la noche…

Aunque de entre todos, había una persona que no estaba interesada en esta búsqueda de placer: Lauzi.

No estaba desfamiliarizada con el sexo. Desde su trabajo con animales hasta sorprender a una que otra pareja de amantes incautos que hacían el amor al aire libre, ella había presenciado muchas escenas sexuales… Y no era como si tampoco estuviera en contra de hacerlo, solo que eso no estaba en la lista de sus mayores prioridades en la vida.

Esa noche en medio del bosque, mientras el resto de las personas estaban teniendo relaciones, ella rechazó con indignación los avances de hombres (y algunas mujeres). En esos momentos tenía otros objetivos, otros deseos que ocupaban su mente… Y además, desde que los devar atacaron su aldea, su visión sobre el sexo se volvió negativa.

Lo que antes era una idea a considerar en su vida, ahora era algo que le causaba un mal sabor de boca…

Para alejarse del ambiente erótico que cubría el campamento, se adentró un poco en el bosque.

“Quizás deba ir con el grupo de héroes y hablar con el líder para que disminuya las horas de descanso… Tengo su promesa, pero con el tiempo que gastamos podría ser aprovechado para redoblar esfuerzos. Bien, ya pasaron tres horas desde que él y las mujeres se metieron en la tienda, no habrá problema si voy aho-” (Lauzi)

Tras planear su próxima acción y tratar de regresar al campamento, sintió como algo la tomó de los tobillos y la jaló con fuerza…

Lo siguiente de lo que se dio cuenta es que estaba suspendida de cabeza en medio del aire… Intentó gritar pero algo cubría su boca, trató de luchar pero el movimiento de sus manos y piernas le fue arrebatado.

“¿Hgghmm? ¡Kuguuu! ¡Mfff!” (Lauzi)

Una silueta se movía en las sombras y se le acercó… Estaba oscuro y no podía distinguirla bien pese a sus magníficos ojos de elfo, adaptados para ser inigualables en la espesura y poca luz de los bosques.

Pero gracias a que la luna se escapó de las pequeñas nubes que la había cubierto, la identidad de su captor le fue revelada.

“¡Guriii!” (Arachne)

“¿Tfff?” (Lauzi)

De inmediato, Lauzi la identificó. Era una de las criaturas que acompañaba al héroe, a Aruh: Arachne.

Pese a su aterradora apariencia, parecía totalmente fiel a las órdenes de una persona y no daba indicios de ser una criatura peligrosa, razón por la cual, Lauzi se relajó un poco… Pero pasaron los minutos y Arachne no la bajaba, hasta que…

“Buen trabajo, Arachne. Ya la puedes bajar.” (Aruh)

Aruh salió de entre los árboles y dio la orden de liberarla.

Lo que cubría la boca de Lauzi desapareció mientras su cuerpo era bajado lentamente y con cuidado al suelo.

“¿Que haces en medio del bosque?” (Lauzi)

“Puedo preguntarle lo mismo, no es seguro que andes a solas con los goblins y los devar acechando.” (Aruh)

Antes de que terminara de descender, Aruh le ayudó y la cargó en sus brazos… En ese momento, Lauzi pudo percibir su aroma.

Olía a sexo, a mucho sexo.

Una mezcla de sudor propio y de varias mujeres, junto a más fluidos. Estaba totalmente impregnado en ese aroma…

Sin embargo, ella descartó esa posibilidad.

“Quería alejarme un poco del ambiente irresponsable del campamento. En esta crisis, esas personas están holgazaneando y teniendo sexo sin preocupación.” (Lauzi)

Aruh dejó escapar un ligero suspiro mientras dejaba a la joven elfo de pie en el suelo.

“No los culpes ni los juzgues… Los soldados y los mercenarios tienen vidas muy peligrosas...” (Aruh)

“Quizás, pero no es tanto el hecho de que busquen pasarla bien entregándose a deseos pervertidos… Sino porque mientras están haciéndolo, desperdiciamos valioso tiempo para continuar buscando.” (Lauzi)

“...Le prometí que la ayudaría, pero movernos en la noche es peligroso… Regis llegará en la mañana y con su ayuda se redoblará el alcance de la búsqueda.” (Aruh)

Aún con su capacidad de vuelo y el hecho de que el lugar a donde debía llevar la carta no estaba muy lejos, mínimo se iba a tardar un día en ir y regresar. Eso contempló Aruh.

“¿No puede entonces sólo usted y su grupo ir a buscar y salvar a mis padres y amigos? Escuché mucho de mi padre sobre los naga, sobre sus grandes destrezas y su espíritu bondadoso… Y aunque admiro que haya salido a entrenar en medio del bosque, sigue siendo tiempo que no se aprovecha.” (Lauzi)

“Eres muy honesta con lo que dices, je, je. Te pareces un poco a Fion en ese aspecto” (Aruh)

Una sonrisa nerviosa se dibujó en el rostro de Aruh. En respuesta al comentario, Lauzi solo asintió.

“Acepto tu acusación, sin embargo… Se consciente de ellos.” (Aruh)

Aruh apuntó con su mentón a un pequeño espacio apartado del resto del campamento. Ahí se encontraba el más reciente grupo de víctimas que habían salvado de los devar. El grupo de Aruh se hallaba auxiliandoles y protegiendoles… las chicas fueron tomando turnos para pasar tiempo con Aruh, no todas al mismo tiempo, algo de lo que nadie se percató, ni siquiera Lauzi.

“Existen muchas víctimas de las que debemos cuidar… Ya es muy noche como para mandarlos al pueblo aún con una fuerte escolta.” (Aruh)

Aunque le dolía que no eran las personas que deseaba salvar… Lauzi aceptó el razonamiento de Aruh.

“Regresa al campamento y descansa, mañana comenzaremos la búsqueda desde temprano.” (Aruh)

“Bien, quizás dormida pase más rápido el tiempo… Por cierto, trata de tomar una ducha, sé que estuviste haciendolo hace ya un rato con sus mujeres pero todavía hueles mucho a ello, como si todavía continuaras, como si estuvieras teniendo sexo a la intemperie en medio del bosque, en la noche, con tantas personas cerca. Y aunque lo creería viniendo de los soldados, mercenarios y hasta los aldeanos, no así de los héroes… Cualquier otra persona tomaría otras conclusiones, así que ten cuidado.” (Lauzi)

“....................... Si, muchas gracias por tu consejo.” (Aruh)

Lauzi asintió satisfecha y se dio la vuelta para dirigirse de regreso al campamento… Hecho que aprovechó Aruh para mirar de reojo a la oscuridad del bosque, donde vio a la silueta desnuda de Medea con mirada expectante, como si le estuviera pidiendo que volviera con ella para continuar lo que estaban haciendo.

“(Soy un fracaso como héroe, ¿eh?)” (Aruh)

Sin darle mucha importancia a esa crítica interna, Aruh decidió ir de regreso a donde estaban Medea, Hasos y sus tres chicas centáurides… Cuando de pronto, lo sintió.

Su extra percepción captó las presencias de muchos monstruos acercándose… Iba a tener que cancelar sus planes.

“(Esto es malo, no solo son muchos sino que tengo un mal presentimiento esta vez)” (Aruh)

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